Los primeros proyectos para utilizar herramientas informáticas en la enseñanza no universitaria han consistido en la implantación de aulas de informática en los centros. Es fácil encontrar de una a tres aulas, de diez a veinte equipos cada una, por centro. Para usar estos recursos, el profesor debe llevar a su grupo al aula de informática y distribuir a sus alumnos, a veces en proporción de tres por ordenador; hay que coordinar el uso del aula entre los diferentes grupos y el de cada ordenador por los alumnos que se sientan a él. El alumnado casi siempre interpreta que el trabajo en el aula de informática no tiene relación con el realizado en el aula normal. Por todos estos motivos, las aulas de informática suelen acabar siendo usadas casi exclusivamente para clases de informática y no se aprovechan sus posibilidades en el resto de las asignaturas.
Ante esta problemática, comienza a plantearse la posibilidad de pasar del concepto “aula de informática” al concepto “informática en las aulas”, que consiste en disponer en las aulas normales de ordenadores empotrados en los pupitres del alumnado. La experiencia más cercana de este concepto se está realizando en Extremadura, con el objetivo de alcanzar la proporción de un ordenador por cada dos alumnos.
El uso de aulas de informática como apoyo en asignaturas distintas de la informática plantea la necesidad de encontrar nuevos métodos de enseñanza, pero el concepto “informática en las aulas” hace que esta necesidad sea imperiosa, puesto que no tiene sentido realizar un esfuerzo humano, técnico y económico tan grande si no conlleva una sustancial mejora en el aprendizaje del alumnado.
Dada la poca madurez de la aplicación de los recursos TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en la enseñanza, tengo la impresión de que estamos aún en una etapa de pura experimentación y que no acabamos de encontrar un modelo útil. Sin embargo, me parece muy claro que el profesorado está demandando métodos concretos de aplicar estos recursos en sus aulas; no le preocupa tanto conocer los recónditos detalles técnicos de las herramientas como saber de qué modo les pueden resultar útiles en la práctica diaria con el alumnado.
Existe en algunos ámbitos la creencia de que la mejor línea de trabajo es la utilización del llamado “software educativo” y por eso demandan la compra de este tipo de programas (casi siempre software en propiedad atado a sistemas operativos en propiedad) o su desarrollo. Aunque me parece útil en algunos casos el software educativo, considero mucho más interesante y productivo el uso educativo del software; es decir, la utilización de las herramientas comunes (procesadores de texto, hojas de cálculo, navegadores, etc.) de un modo creativo aplicado a la enseñanza de las distintas materias.
Me resulta claro que los que defendemos el uso de software libre también defendemos que el conocimiento humano en general sea libre. Así, el profesorado que utilice software libre en sus clases probablemente será más propenso a comunicar con sus colegas cómo se han desarrollado sus experiencias docentes. Por tanto, el uso de software libre en la enseñanza llevará de modo natural a mejorar los procesos de enseñanza que utilicen recursos TIC y justificará el esfuerzo en implantarlos en los centros educativos.
Propongo al profesorado que utiliza software libre de alguna forma en las aulas que dé a conocer sus experiencias, las documente y las publique; que las ponga a disposición del resto de sus colegas para que estos las reutilicen, adapten, modifiquen y vuelvan a publicar. Pienso en experiencias de todo tipo: desde dar una sola clase un día para explicar un concepto concreto hasta dedicar un trimestre a estudiar un área extensa de conocimiento, desde usar un pequeño programa o visitar una página web hasta utilizar una compleja aplicación; cualquier experiencia es válida, porque seguro que existe en otro lugar del mundo un docente que tiene necesidades parecidas a las resueltas.
Las experiencias que más interés podrán despertar serán las que traten aspectos concretos de diferentes asignaturas, haciendo hincapié en la parte científica y pedagógica de la materia involucrada. Cuanto más detallada sea la presentación de la experiencia y mejor se expliciten los recursos necesarios para reproducirla, más útil resultará.
La publicación será preferentemente en Internet, en espacios corporativos o en páginas personales; naturalmente, bajo alguna licencia de documentación libre. Imagino y espero que los profesores que acepten esta propuesta recibirán la estrecha ayuda en los detalles técnicos de tantos amantes del software libre que impulsamos esta manera de trabajar.
Para que otros docentes puedan conocer la existencia de estas experiencias cuando sean publicadas podemos confiar en los métodos habituales de Internet, como buscadores automáticos; pero me parece más apropiado que haya un lugar específico en el que se anuncien, cataloguen y comenten. Uno de los mejores candidatos es una coordinación por la lista sl-educacion de Hispalinux, dado el decidido apoyo de esta institución al uso del software libre en la educación, su disposición a ofrecer sus importantes recursos técnicos y humanos y la madurez alcanzada por la lista.
Prefiero los hechos a las palabras, así que presento unos ejemplos de experiencias educativas en las que se usa software libre que son candidatas a ser explicadas en detalle y publicadas; algunas son reales y ya han sido probadas, otras son proyectos, pero todas reflejan el modo en que concibo la aplicación de las TIC en la enseñanza. Exponer ejemplos muy concretos conlleva un riesgo que asumo con gusto: a algunos les parecerán muy sencillos, a otros demasiado complicados; algunos los juzgarán de inútiles, otros de impracticables. Acepto la polémica porque estoy convencido de que de la discusión y la variedad emana el progreso; en cualquier caso, confío en que estos ejemplos provoquen la reflexión y creo que convendremos en que reflejan el modo habitual de trabajar en la actual sociedad de la información.
En el número 27 de Solo Linux expuse la infraestructura informática propuesta para un centro de enseñanza, basada en escritorios libres y servidores de aula y de centro. En estos ejemplos se utiliza esta infraestructura. Uso “OOo” como abreviatura de OpenOffice.org.
El software libre favorece la utilización de unos procesos de comunicación y colaboración que lo hacen el más indicado para dirigir la investigación en el uso de las tecnologías TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Los profesores podemos utilizar las herramientas habituales de la sociedad de la información de modo creativo y novedoso para nuestro trabajo en el aula. La documentación de las experiencias realizadas favorecerá su intercambio y mejora. Toda la comunidad educativa saldrá beneficiada de la filosofía del conocimiento libre.
Pedro Reina
© 2003 Pedro Reina
El presente artículo fue publicado en el número 34 de la revista TodoLinux, correspondiente al mes de septiembre de 2003. Se otorga permiso para distribuir este documento completo en cualquier medio si se hace de forma literal y se mantiene esta nota. |